Los colores
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- Para los frescos una vasta gama de pigmentos es disponible (ver tabla de los colores). Sin embargo se utilizan solamente pigmentos minerales porque la cal "quema" aquellos orgánicos y vegetales.
- Los colores diluidos en agua tienen que tener una consistencia precisa: demasiado fluido faltan de potencia, demasiado denso empastan el soporte. |
El blanco utilizado es el blanco de cal que se prepara en este modo:
Diluir un kilo de cal en un litro de agua,
Agitar la mezcla y dejarla descansar durante una noche,
El día siguiente, eliminar el agua y recobrar la pasta blanca.
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El dibujo (ver la estilisación bizantina)
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La ejecución de un fresco solicita rapidez: las indecisiones sobre el dibujo hacen perder tiempo precioso y las posibilidades de corrección están muy limitadas. Hace falta por lo tanto que este todo listo antes de iniciar el trabajo: tanto en la mente del pintor que sobre el muro.
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- Empezar haciendo un dibujo en escala reducida.
- Buscar las armonías de los colores para toda la composición.
- Dibujar a escala real con el carboncillo sobre grandes hojas de papel Kraft o sobre calcos unidos entre ellos con cinta adhesiva.
- Si el fresco es muy grande, dividir el dibujo para cada día de trabajo.
- Sobre el dibujo en escala real determinar con blanco la posición de las aclaraciones. |
El traslado del dibujo
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- Antes de empezar el traslado del calco, esperar que el revoque sea bastante seco para resistir a la presión de un dedo.
- Para trazar las líneas que sirven para encuadrar el dibujo y a determinar su exacta posición sobre el muro, se puede utilizar una cuerda empapada en el color que se tira como un elástico entre dos puntos de referencia dejando una huella de color sobre el revoque.
- La técnica de traslado del dibujo sobre el soporte es el calco grabado. Con un mango de pincel se trazan las líneas del dibujo a través el papel comprimiendo ligeramente, sin ir demasiado en profundidad para dejar un ligero surco en el revoque fresco. |
Las etapas de la pintura
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La puesta en obra del fresco solicita una buena organización: hacer de modo que los colores y los pinceles esten todos al alcance sobre una mesa o sobre un plan de trabajo estable; disponer varios recipientes de agua limpia para lavar los pinceles, preparar con antelación los diferentes tintes y sus aclaradores en recipientes etiquetados, iniciar con el trabajo en alto para evitar rebabas.
Cuando se pinta hace falta tener en mente que el fondo tenderá a destacarse con los colores claros y que el revoque, cuando está húmedo aparece gris, será blanco una vez seco y por lo tanto aclarará los tonos. Hacer pruebas sobre papel para tener una idea de los colores secos.
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- Pintar el cuadro con un color rojo (por ejemplo rojo de Venecia)
- Empezar trazando el dibujo con un trazo bastante fluido en el color local
- Posar los colores lisos en muchas capas diluidas según su poder recubridor (ver la tabla de los colores) :
- los ocres se cubren una vez porque su poder recubridor es elevado,
- las tierras verdes se cubren dos o tres veces, no más porque sobrecarga demasiado el fresco,
- el azul ultramar, el verde esmeralda, los rojos y los amarillos se cubren dos o tres veces,
- los cobaltos se cubren cuatro o cinco veces ya que tienen la tendencia a blanquearse,
- Las mezclas con el blanco de cal tienden a aclararse fuertemente una vez secas.
- Esperar cinco minutos antes de pintar entre dos capas,
- Secar bien los pinceles antes del empleo para no falsear la intensidad de los colores.
- Después de haber posado las grandes áreas de color uniforme se puede alisar separadamente las varias partes si se observa que la carbonatación es demasiado rápida. (dependerá del clima, de la estación, de la tasa de humedad en el aire...)
- Posar el color de base de las encarnaciones: verde de cromo con una añadidura de ocre amarillo.
- Trazar de nuevo el dibujo y empezar a modelar con un color más oscuro del color local.
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- Aclarar todo el fresco con el tono local mezclado con blanco de cal y blanco de titanio.
- Trazar de nuevo el dibujo de las encarnaciones (ocre rojo o rojo de Venecia + negro).
- Aclarar las encarnaciones con una capa de ocre rojo dejando las partes menos aclaradas de la cara en verde (el rojo es el color de transición entre el verde y el amarillo ocre de la aclaración siguiente).
- Aclarar las encarnaciones con amarillo ocre mezclado a rojo ocre (reducir la zona ha aclarar).
- Después de cada capa sombrear las aclaraciónes haciendo "derretir" los colores para obtenir un degradamento progresivo (utilizar un pincel casi seco).
- Trazar de nuevo el dibujo y acabar el modelado.
- Posar las últimos aclaraciónes o "luces" con el blanco de cal sobre el conjunto del fresco, comprendido las encarnaciones, los hilos del cuadro y las inscripciones.
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Las alteraciones
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- En el caso que se produzca defectos durante la aplicación de los colores, raspar la parte defectuosa con la espátula. Pues aplicar de nuevo el revoque siempre nivelándola con la espátula, por lo tanto repintar. Las pequeñas reparaciones tienen que ser muy discretas y ejecutadas con cuidado. Si se observan grandes defectos es preferible remover todo el revoque de la parte interesada, rehacerlo completamente y recomenzar la obra.
- Un revoque liso otorga una mayor solidez al fresco. Si el revoque se levanta, se desmorona o se hunde, quiere decir que ha sido aplicado mal, con demasiado agua, o tal vez fue aplicado sobre de un soporte demasiado seco. No hace falta en todo caso creer que el fresco tiene que ponerse duro como el mármol en todo su espesor, ya que tras la costra, los revoques quedan relativamente flexibles (blandos!). De tal modo pueden absorber o rechazar la humedad ambiente, manteniendo constante la cantidad de agua en su interior. Un fresco que no respirara o que se secara demasiado, se desmoronaría y se desprenderia a trozos.
- Los alteraciones de la argamasilla pueden provenir de una mala calidad de cal o de arena, de una cal mal apagada o mal tamizada; las grietas son provocadas por cal mal apagada o por un exceso de agua.
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